1 Había un hombre de las montañas de Efrayim llamado Mijayehu.[68] 2 El dijo a su madre:
"¿Tú sabes las 1,100 piezas de plata que te fueron quitadas – tú pronunciaste una
maldición, y me lo dijiste? Bueno, el dinero está en mi poder, yo lo tomé." Su madre dijo:
"Adonai te bendiga mi hijo," 3 mientras él devolvió las 1,100 piezas de plata a su madre. Entonces
su madre dijo: "Yo solemnemente consagro este dinero mío a Adonai, para que mi hijo haga una
imagen tallada y enchapada en plata. Así que, ahora te las estoy devolviendo." 4 Pero él devolvió el dinero a su madre, y ella cogió 200 piezas de plata y las dio a un fundidor, quien hizo una
imagen tallada enchapada en plata que fue puesta en la casa de Mijayehu. 5 Este hombre Mijah
poseía una casa de dioses, hizo un efod y terafines[69] y consagró a uno de sus hijos, quien se hizo
kohen. 6 En ese tiempo no había rey en Yisra'el; un hombre sencillamente hacía lo que creía que
estaba correcto.
7 Había un joven de Beit-Lejem en Yahudáh, de la familia de Yahudáh, que era un Levi. El
se había estado quedando 8 en Beit-Lejem, pero se fue de allí para encontrar otro lugar y vino a
las montañas de Efrayim, donde eventualmente fue a la casa de Mijah. 9 Mijah le preguntó: "¿De
dónde vienes?" El respondió: "Yo soy un Levi de Beit-Lejem en Yahudáh, y estoy buscando un
lugar donde vivir." 10 Mijah respondió: "Quédate conmigo, sé un padre y kohen para mí; yo te
daré diez piezas de plata al año, además de tu ropa y comida." Así que el Levi entró 11 y acordó
quedarse con el hombre; el joven se convirtió como uno de sus hijos. 12 Después que Mijah había
consagrado al Levi, el joven se convirtió en su kohen y se quedó allí en la casa de Mijah. 13 Mijah
dijo: "Ahora yo sé que Adonai me tratará bien, porque tengo un Levi por kohen."